Lágrimas del sol
Anónimo
Sucedió
hace tanto tiempo que los humanos no lo recuerdan o no quieren
recordarlo: cuando la luna y el sol compartían el firmamento no
existía el día o la noche, simplemente el tiempo no era una
preocupación para el hombre.
En
un lugar donde no había maldad alguna existía una torre que
custodiaban la luna y las estrellas, una construcción edificada con
piedra de color negro que no tenía una puerta de entrada o salida,
ahí moraba una doncella cautiva que vestida de blanco, lloraba una
pena infinita, pero lo que escurría por sus mejillas no eran
lágrimas, sino gotas de sangre, sus ojos eran dos ventanas oscuras
sin vida y su rostro carecía de expresión, era pálido, sin rubor
alguno y en sus venas corría un néctar ocre.
Ella
era hija de la luna, pero por alguna razón no se le permitía
escapar de su presidio. Hasta que una noche, donde las nubes negras
eclipsaron a sus guardianas, logró salir de su prisión y deambuló
por las calles grisáceas en busca del contacto humano. Fue así como
conoció a los hombres e intentó tocarlos con sus frías manos, pero
justo cuando lo hizo, un grito desgarrador rompió el infinito
silencio característico de esa época de la historia.
Nadie
recuerda cuándo sucedió, sólo sé que después de ese día, el
mundo se estremeció tanto que el día y la noche debieron separarse.
Nadie recuerda como pasó, pero la luna fue castigada por ese error
junto con las estrellas y es por ello que está condenada a vivir en
la oscuridad, desde esa ocasión la noche se asoció con toda la
maldad de este mundo.
Ella
liberó toda la locura de la humanidad, fue tanta la maldad esparcida
por la tierra que el astro rey llora lágrimas de sol y es por ello
que las aves cantan para consolarlo al amanecer, sin embargo algo
ocurrió en ese instante que el guardián del firmamento no puede
olvidar y que el ser humano sufrió tanto que el shock destruyó el
recuerdo de ese día, sin embargo esa imagen está impresa en las
pesadillas, por ello cuando lo recordamos en los sueños, se nos
borra la memoria y despertamos sin saber qué es lo que pasó
mientras estábamos dormidos.
Fue
algo cruel y sangriento, pero quizá al recordarlo podamos enfrentar
nuestros miedos. Muchos hombres aún buscan recordar lo que pasó y
se vuelven locos al intentarlo, más de uno a perdido la noción del
tiempo tratando de encontrarlo y solamente los que están en su
delirio previo a la muerte logran descubrirlo, puede ser que por ello
todo parece tan pacífico al perder la vida.
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